Definitivamente no provengo de una familia asidua de los domingos nacatamaleros. Esos con pan o tortilla y una taza de café o un vaso de Coca Cola. Creo que probé mi primer nacatamal en Matagalpa cuando íbamos de visita a la familia de la esposa de mi papá… recuerdo el clima bien frio en el segundo piso de la casa de doña Guillermina, (la mamá de ella, QUEPD una señora artista, intelectual, extrovertida y adelantada a su época) el agua bien helada en los baldes con los que nos bañábamos porque había siempre problemas con el suministro.
Al bajar las escaleras ahí estaban en el comedor esperándonos. Usualmente yo solo me comía la masa pues me criaron “vegetariana” y con el miedo de una gran reacción alérgica si comía algún trozo de carne (ya adulta decidí probarla y eso es tela para otra historia, y no, no tuve ninguna alergia). Pues sí, apartaba la carne o si tenía más suerte los encargaban sin ella. Desde esa época me gustaban más los que no llevaban pasas, ciruelas o aceitunas (los ofrecían así especialmente para navidad)… de ahí en adelante no tengo muchos recuerdos que evocar hasta años recientes ya con mi propia familia donde ocasionalmente nos picaba el antojo y hacíamos el encargo o íbamos directamente a comprarlos.
Definitivamente no provengo de una familia asidua de los domingos nacatamaleros... pero he aprendido a disfrutarlos en familia y apreciar aquellos mejor elaborados.
Cuando mi abuelita vino a vivir con nosotros (septiembre 2018 - septiembre 2020) de repente nos vimos comiendo más nacatamales que antes de eso. A ella le gustaban y también a las muchachas que la cuidaban. Gracias a los grupos en Facebook conecté con Noemí y probé los que su mamá doña Maria Elena Rodríguez elabora desde Matagalpa. Estos Nacatamales fueron favoritos por un tiempo pero había que encargarlos con anticipación porque la logística de ellos así lo ameritaba. Entre tanto y tanto probamos de otros lados como la Ventecita, que son muy populares pero para nosotros no fueron memorables, (ha pasado tanto tiempo que quizá toca volverlos a probar). También compramos en Porta´s pero ahí hay tantas opciones que francamente me abruma estar eligiendo y en este caso solo un antojo nivel extremo justificaría comprarlos ahí. En lo personal el Nacatamal es una de esas comidas que no me gusta comprar a ciegas y prefiero tener referencias previas: la higiene de su preparación, el sabor de la masa, los ingredientes incluidos y el empaque mismo son determinantes para esa decisión.
De ahí en adelante el nacatamal quedó instalado en nuestro paladar familiar como ese capricho de desayuno-almuerzo de fin de semana... ideal para compartir con amigos o familia que nos visita, con la facilidad de ponerlos a calentar al vapor (para que no se saturen de agua) y servirlos con pan y café. 1-2 veces al mes a lo sumo y con temporadas en que el antojo se duerme y pasamos a otras comidas. Sin embargo, este año hemos roto récord comprando más seguido pues dimos con unos nacatamales que han logrado mantener bastante el mismo sabor en cada entrega, tienen la facilidad de enviarlos a domicilio y además puedo pagarles por transferencia. Más adelante les dejo el contacto de ellos.
Por todo lo anterior sentí necesario escribir este artículo porque cada vez es más difícil encontrar Nacatamales elaborados de masa de maíz (no de maseca o similar), sin ingredientes como ciruelas, pasas, alcaparras y/o aceitunas, envueltos sólo en hoja de chaguite… y en cambio son más comunes los que llevan plástico o aluminio, amarrados con mecate plastificado y con harinas de maíz.
Al parecer la conveniencia ha ganado terreno y muchos paladares no distinguen la diferencia entre el proceso tradicional de llevar el grano de maíz a masa vs agregar agua a una harina.. Y luego tenemos la falta de pericia para envolverlos herméticamente en la hoja de chagüite como se hacía antaño y la necesidad de ponerle plástico o papel de aluminio para garantizar el sellado. Para mí esto es lamentable y procuro evitar Nacatamales empacados de esta manera, sin embargo la mayoría hoy en día están empacados así y es difícil encontrarlos solo con la hoja. Algunos incluso se ve el chagüite por fuera y es hasta que los abres que te das cuenta que llevan aluminio o plástico “escondido”. También es común que el nacatamal venga amarrado con mecates plastificados de colores en lugar de la fibra tradicional (en esto no soy tan estricta)… y ahí tengo la inquietud: ¿es por conveniencia, escasez de la fibra natural o desconocimiento? quizá uds puedan darme luz al respecto.
Es todo un hito encontrar un nacatamal envuelto de la manera tradicional y que además sea rico... y el sabor se mantenga en cada compra.
Luego tenemos esos ingredientes que supongo surgieron de las ganas de darles un toque especial, navideño y con el tiempo se posicionaron en el paladar de ciertas personas que prefieren esa masa agridulce… no van conmigo en el sabor que prefiero pero sé que a muchas personas les encantan esas variaciones, y como para gustos los colores cada quien es libre con su paladar, por eso en esta entrada trataré de ser justa y darle espacio a los Nacatamales tradicionales y también a los especiales.
Empezaré con aquellos que hemos comprado y nos han gustado, les diré porqué y dejaré en cada uno el contacto de los que tengo a mano. También hice una encuesta donde al final pueden poner sus favoritos, porqué los prefieren y entre más completa pongan la información, más probabilidades hay de que nosotros también los compremos para probarlos y poder agregarlos a esta lista. Los más mencionados tendrán también atención y así en el tiempo nacerá un nuevo artículo que irá creciendo para conveniencia de todos.
Una aclaración importante es que no aceptaré nacatamales de regalo. No quiero comprometer mi libertad de elegir y escribir sobre aquellos que más me interesen o capten mi atención. Disculpen de antemano si eso los molesta, decepciona o confunde pero si hay algo que mata mi motivación es sentirme presionada o comprometida a algo, peor aún sentirme “comprada”. Además que eso de las cortesías y gratuidades es uno de los aspectos que menos me agrada de las redes sociales porque merma el criterio y todo se vuelve algo transaccional en lugar del reconocimiento espontáneo y auténtico de quienes están comprometidos con la calidad y se ganan ese reconocimiento. Creo firmemente que los verdaderos influenciadores son los clientes satisfechos y que como clientes tenemos la oportunidad de usar nuestra voz digital para apoyar a emprendedores y negocios que a puro mérito nos motivan a compartir nuestras experiencias de compra. Y si esos negocios no solo hacen las cosas bien sino que tienen un compromiso palpable con el medio ambiente y su huella en la sociedad, llego a sentirme incluso responsable de hablar sobre ellos para contribuir a la continuidad y éxito de sus modelos de negocios disruptivos e innovadores.
Por eso insisto que me interesa mucho conectar con personas que como CLIENTES de repetidas ocasiones puedan decirme “Lu fíjate que a mi me gustan estos Nacatamales porque son así, así y así. Acá te dejo el contacto para que los tomes en cuenta”. Eso me encanta. Otra situación que acepto con gusto es “Lu, yo o alguien de mi familia o amistades elaboran Nacatamales de este tipo y creo que deberías conocerlos y darles una oportunidad porque son hechos de esta manera y cuidan la higiene, la calidad la mantienen y no son tan conocidos y se merecen mayor reconocimiento". Eso también me encanta. Y por supuesto si a todo lo anterior agregamos que sean Nacatamales elaborados con alguna receta familiar, de generación en generación, conservando al máximo la preparación tradicional ahí si me atraen mucho más, recuerden lo mucho que me mueven las historias, el contexto, las motivaciones de quienes crean algo para la comunidad y tienen un porqué.
También es importante aclararles que no tengo una meta de probar Nacatamales cada semana ni cada mes sino cuando tengamos el antojo, las ganas declaradas porque no tenemos el hábito como otras familias de comerlos seguido. Y cuando haga mi encargo o compre no avisaré de este artículo simplemente les escribiré como cualquier cliente o iré directamente a comprarlos… si nos gustan, entonces compraremos 1-2 veces más para ver si el sabor se mantiene entre compra y compra para tener una apreciación más definitiva y darles su espacio acá en la lista de los nacatamales que hemos comprado repetidamente.
Dicho lo anterior, acá está nuestro listado:
1. Los Matagalpinos de la mamá de Noemí: estos Nacatamales los conocí de casualidad y gracias a los grupos de Facebook. En el 2018 los encargué por primera vez pues lo traen solo por encargo desde Matagalpa. El sabor de la masa y que no se sentían para nada pesados o mega grasoso es lo que nos encantó. Los ingredientes tradicionales: masa de maíz, arroz, papa, tomate, cebolla, chiltoma, trozo de carne (pollo o cerdo) . Cuando mi abuelita vivía con nosotros comprábamos y ella que tiene un estómago delicado (operada de vesícula hace años) no tenía problemas de digestión después. La familia de ella se encargaba de traerlos y se paga un extra por la entrega. Yo los ponía a congelar y los pasaba del freezer a la otra área de la refrigeradora para que se descongelaran al suave. Luego los calentaba al siguiente día al vapor. Tomaba más tiempo pero así evitaba que quedaran llenos de agua.
2. Los Nacatamales de Dunya. Dunya viene de una familia nacatamalera y creció viendo a su abuela y tías elaborándolos. Ella empezó a prepararlos cuando decidió dejar de trabajar para estar con sus hijos y en sus palabras “el amor a la cocina y el encierro me llevó a emprender en el 2017”. Vienen envueltos en varias hojas de chagüite y en la penúltima van con plástico. Estos Nacatamales tienen buena demanda que toca encargarlos para garantizar conseguirlos. Nos queda algo largo y por eso no los frecuentamos. Nos gustó el sabor de la masa y cuando el antojo era más repentino eran una opción más accesible de conseguir. No tienen redes sociales y son elaborados todos los jueves.
3. Los Nacatamales de Sherly: A ella la conocí por la venta de aguacates que hice el año pasado y en una de las veces que vino a retirarlos supe mientras platicábamos que ella elaboraba nacatamales, le compré 1o 2 veces, nos gustó la masa de maíz maíz y el punto de ácido; luego de eso perdimos el contacto, ella tiene otras ocupaciones y no se dedica full a esto cada semana como suele ser el caso de los demás. Hace poco volví a verla con el grupo de compras colectivas que inicié el 3 de marzo 2023 y le pregunté si continuaba pero me dijo que no, que de repente se pone nuevamente pero no es todo el tiempo que los elabora.
4. Los Nacatamales de Adriana: estos Nacatamales los probamos por primera vez en diciembre 2022 porque un amigo de mi esposo los mencionó en su perfil personal en Facebook y a Miguel le dio mucha curiosidad. Encargamos 11 nacatamales y los desayunamos para Navidad. Desde entonces nos hemos quedado repitiendo con ellos porque la masa mantiene el sabor entre pedido y pedido, tienen 2 opciones en cuanto al chile: revuelto en la masa o con el chile en grano como tradicionalmente viene. Adriana también recurrió a la elaboración de nacatamales como una manera de generar ingresos para su familia, en su caso aprendió de cero pues no tenía conocimientos previos y fueron muchos intentos hasta dar con su receta actual. A nosotros nos ha gustado la masa que es de maíz, el toque ácido de naranja agria, la porción de carne, que no se sienten mega grasosos y la digestión no es pesada. Cuestan actualmente 60 córdobas y aparte se paga el delivery que varía según la ubicación de uno.
5. Los Nacatamales veganos de Prasad: Déjenme decirles que estos en lo personal me encantan porque el sabor de la masa es tan auténtico y aunque el tofu o el seitán no saben exactamente igual a la carne, ni se extraña. En mi casa la única que los prefiere soy yo y por eso no los compro seguidos. El precio es mucho mayor que los nacatamales tradicionales sobre todo si se compran en Porta´s. En la página de Prasad a veces lanzan promociones, vale la pena comprarlos y tenerlos congelados para ese antojo repentino de algo más ligero y saludable que los tradicionales. Los ingredientes que ocupan son totalmente de origen vegetal y el toque de sabor que logran es muy bueno. En varias ocasiones también los he comprado para regalárselos a personas que no pueden comer de los tradicionales porque les cuesta digerirlos o a quienes no consumen proteínas de origen animal. Vale destacar que he quedado muy bien porque son sabrosos y la digestión es fácil. Les confieso que me cuesta decirles Nacatamales veganos porque yo suelo usar más la palabra vegetariano pero ellos los llaman así por la preparación especial que llevan.
6. Los Nacatamales vegetarianos de Ananda: tengo muchos años sin probarlos y también son otra opción para quienes tienen limitadas ciertas comidas o son vegetarianos. Estos Nacatamales los he comido directamente en el local. No recuerdo mucho de su elaboración (parece tendré que ir a comerlos nuevamente para tenerles una referencia más fresca) pero la sensación que guardo en cuanto a sabor es que “resuelven pero no enamoran”. Y como esta apreciación es subjetiva vale la pena que quien lea esto tenga la propia. No se queden con mis comentarios y vivan su experiencia. Tienen a favor que solo usan hoja de chagüite y el amarre es igual con la fibra de la mata. Sus redes sociales los anuncian pero no ponen precio y no dan información más completa.
Como ven mi lista es muy corta así que no pueden tomarme de referente como catadora de nacatamales 🤭🫣… además no soy muy arriesgada de comprarlos en cualquier lugar y me gusta mucho ir directamente con quien los elabora y si tengo referencias de otras personas (amigos, conocidos, menciones en los grupos de Facebook) mucho mejor.
Por eso estoy lanzando este artículo porque quiero entender mejor los gustos y preferencias sobre este platillo tan popular e icónico nuestro y diseñé una encuesta para ese objetivo. Me sirve además de recopilar recomendaciones que se repitan o destacan de otros lugares que sean mencionados en dicha encuesta o en comentarios en Facebook para compartirles en una próxima entrega cuando tenga suficiente información.
Les dejo el Link de la encuesta para que participen y conocer mejor cómo andamos en cuanto a nuestros gustos con esta delicia ancestral.
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